sábado, 20 de enero de 2018

Por todo lo que no puedo escribir
es por lo que puedo escribir,
mi desorden creciente
mis hijos
mi trabajo
los rebajes a cualquier inicio.
No me termino de acomodar, y de ahí salgo
del mismo lugar en el que me hundo
con la punta de los dedos raspo
el fondo de mi insignificancia
y la considero importante.
Tengo que dejar de firmar los fosos con mi nombre
pero igual caminaría sin tocar la tierra.
¿A quién entregué a mis hijos?
Dame un hacha
voy a tirarla a la basura porque no sirve
es la penitencia de un recuerdo
no corta la parte de mí que murió.
O no me la des.
Soñé con una fuerza oscura
y tendría que escribirlo.


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